
2. Todo
está registrado. El registro del sistema es el lugar donde el sistema
operativo guarda todo lo que has hecho. Si has instalado o desinstalado un
programa, tus preferencias. Cada cosa que has hecho con la computadora queda
almacenada en este registro al que la PC accede cada que quiere hacer algo.
Después de un año de uso continuo, la computadora acaba por estar llena de
miles entradas en el registro que no se utilizan más y que hacen más lenta la
búsqueda. Hay limpiadores de registro como el Ccleaner que pueden
ayudarnos.
3. El
inicio. Suele haber programas que se inician automáticamente con Windows y
que se quedan ejecutando. Algunos consumen tantos recursos que vuelven
lentísimo nuestro trabajo en primer plano. Ingresar al programa msconfig.exe,
que viene con Windows, es una opción que puede ayudar a decidir qué programas
dejar de ejecutar apenas se inicia nuestro sistema operativo, pero hay que
saber qué aplicaciones prohibir, pues por ahí nos volamos una importante y
tendremos peores problemas que una computadora con pasos de tortuga.
4. Los
programas ‘tragones’. Si bien podríamos aumentar la memoria RAM de la
computadora para hacerla correr más rápido, también hay que tener en cuenta que
algunos programas consumen recursos indiscriminadamente. Suele pasar, por
ejemplo, cuando tenemos un explorador con miles de barras de herramientas o
antivirus muy pesados. Lo mejor es eliminar las barras y recurrir a programas
que no consuman tantos recursos.
A
cuidar el disco. El disco duro es escrito todo el tiempo por el sistema
operativo. Esto provoca que las partes de un archivo queden desperdigadas en
todo el disco y la computadora tarde en encontrarlos. Una de las mejores cosas
que se puede hacer es desfragmentar el disco, que es como se conoce al proceso
de poner todo en orden. La función viene con todas las versiones de Windows y
puede colaborar con nosotros.
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